Y el futuro nos alcanzó. El Cyberpunk de Ghost in the Shell

Y el futuro nos alcanzó

“El Japón contemporáneo simplemente es cyberpunk”

William Gibson

 

La “ciencia ficción” apareció junto con la industrialización, la máquina como elemento de la vida “moderna” que poco a poco se fue haciendo imprescindible. En un inicio, este género literario presentaba un futuro utópico, donde las máquinas mejorarían la calidad de vida de los seres humanos, claro está que no faltaban los críticos y pesimistas que discutían sobre los peligros de “depender” de la tecnología.

Después de las guerras mundiales el panorama cambió de manera considerable, pues ya se tenían muy presentes los riesgos de depender o confiarse completamente de este aparato científico – tecnológico. Por ejemplo, Isaac Asimov, uno de los representantes más importantes de la ciencia ficción del siglo XX, propuso las Tres leyes de la robótica, como un código moral del robot,  con las que aparentemente, la humanidad mantendría bajo su control a las máquinas pues serían programadas bajo estos principios; estas leyes dicen:

  1. Un robot no hará daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.
  2. Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la 1ª Ley.
  3. Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la 1ª o la 2ª Ley

Aún así, el miedo a que nuestras propias creaciones se apoderen de nosotros sigue vigente. Ahí es donde aparece el Cyberpunk en la década de 1980; visiones de un futuro distópico donde el gran avance tecnológico se ha impuesto ante la calidad de vida humana. Los límites entre la realidad y la realidad virtual se han desvanecido casi completamente, así como la diferencia entre los seres vivos y las máquinas, aparecen nuevos organismos, los cyborg.

Los protagonistas de estas historias son seres marginados, la figura del antihéroe que es orillado a actuar de cierta forma en contra de su voluntad, pero siempre reaccionando ante un sistema que no tiene rostro pero es avasallador. El Cyberpunk es un movimiento contracultural en el siglo XXI.

Es en este panorama donde se desarrolla la historia de Ghost in the Shell, la historia de Motoko Kusanagi, policía encubierta de la Sección 9 especializada en crímenes tecnológicos; ella es un cyborg y encarna esa paradoja ética de la unión entre el ser humano y la máquina. En esta historia, lo único que diferencia a un ser humano es la existencia de su Ghost, un referente al alma el cual puede ser removido del cuerpo e instalado en una máquina, lo que validaría a este nuevo ente como ser humano. Ahí es donde los límites entre máquinas y humanos desaparece.

“…una mirada más cercana, [de los autores ciberpunk], revela que retratan casi siempre a sociedades futuras con gobiernos absurdos y patéticos… Cuentos populares de ciencia ficción de Gibson, Cadigan y otros son una representación Orwelliana de la acumulación del poder en el próximo siglo, pero casi siempre en manos secretas más adineradas o en corporaciones de élite “

The Transparent Society, Basic Books, 1998

El “futuro” que anticipaba el cyberpunk está aquí ¿haremos algo al respecto? …

 

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