Elías Howe y la máquina de coser automática

Elías Howe

Hace casi dos siglos, en Estados Unidos, nació Elías Howe, que con su invento, la máquina de coser, revolucionó al mundo entero. Howe era un aficionado de la mecánica y trabajaba como obrero en una fábrica de instrumentos de precisión. Ahí adquirió los conocimientos y habilidades que le permitieron inventar la máquina de coser automática. Su invento fue extraordinario, pues a principios del siglo XIX la mayoría de la gente no podía comprar ropa tan fácilmente, pero gracias su invento, para la finales del siglo, ya había ropa a precios accesibles para la mayoría de la gente, así como una floreciente industria textil.

En 1800 probablemente cada persona sólo dispondría de un abrigo de por vida, no por mencionar el resto de las prendas, las cuales tenían que ser enmendadas una y otra vez antes de siquiera pensar en reemplazarlas, pues comprar ropa nueva significaba, en aquel entonces, una inversión que para la mayoría de las familias resultaba difícil, por no decir imposible. Es por eso que, en la mayoría de los casos, una prenda nueva significaba trabajo en casa, pues las familias, al no existir una industria textil que produjera ropa a precios accesibles para la clase media, tenían que coser a mano los pantalones, camisas y vestidos. Howe cambió todo esto cuando patentó la primera máquina de coser automática en 1846.

En 1846 el concepto de una máquina de coser no era cosa tan vanguardista como se pensaría. En 1790, por ejemplo, el inglés Thomas Saint patentó la máquina de coser para aplicaciones industriales, y 35 años antes, al ingeniero alemán Charles Fredrick Wiesenthal, se le otorgó la primera patente para una aguja de coser adaptada para una máquina. Lo que en realidad hizo Howe, fue perfeccionar y remodelar la máquina de coser, haciéndola automática y dándole las características que son comunes en las máquinas de coser contemporáneas. Por otra parte fue Howe quien la popularizó después de que, en una ocasión, desafió a los mejores expertos cosedores de una fábrica en Boston a una carrera que consistía en coser cinco tiras de tela con su nueva máquina antes de que ninguno de los cosedores hubiese terminado una. A pesar de que la idea de que Howe pudiera vencerlos causó burlas y risas por parte del público, para cuando Howe terminó la quinta tira los cosedores no habían logrado terminar de coser la primera. Esto provocó la indignación de los trabajadores de la fábrica y del público, que se dice que gritaron: “¡A romper la máquina! ¡A romper la maldita máquina! ¡Quitará el pan a muchos honrados trabajadores!”. Como ahora sabemos, lejos de quitar el pan a los trabajadores, la llamada “maldita máquina” le dio pan a muchos más en el fututo. Sea como haya sido, Howe logró escapar de la airada multitud, al igual de numerosos obstáculos antes de que le fuera reconocido el derecho a recibir los honorarios de inventor, así como un porcentaje de las ganancias de las varias sociedades fabricantes de máquinas de coser. Así, después de mucho trabajo, Howe vivió afortunado y rico para siempre.

En el MODO recordamos con gusto este invento que tantas comodidades y satisfacciones nos ha brindado como sociedad, pues en nuestro acervo contamos con varios modelos de máquinas de coser automáticas, las cuales nos recuerdan el trabajo de aquellos que permitieron que ahora haya ropa de calidad accesible para prácticamente todas las familias del mundo.

 

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