El perfume, sus envases y usos desde antiguo Egipto

El perfume

La historia de la perfumería es tan antigua como la historia de la humanidad. Desde las culturas mesopotámicas, los hombres y las mujeres han considerado una necesidad perfumarse y embellecerse.

El antiguo Egipto impulsó una de las industrias cosméticas y perfumistas más importantes de la antigüedad. Los egipcios guardaban sus perfumes en frascos confeccionados con materiales tan diversos como oro, piedra, vidrio y alabastro, entre muchos otros, y algunos de éstos son verdaderas obras de arte.

La gran aportación de los griegos a la perfumería fue el de aplicar su arte a los envases donde almacenaban los perfumes, los cuales eran decorados con motivos geométricos, animales fantásticos, escenas mitológicas o cotidianas.

En el Imperio Romano, el uso de perfumes se convirtió en abuso y exageración. Se perfumaban los palacios, los teatros, los vestidos, el vino e inclusive se dice que algún emperador llegó a perfumar sus caballos.

Los integrantes de las cortes de los reyes de Francia fueron grandes consumidores de esencias. A pesar de la elegancia de sus vestidos y de sus pelucas empolvadas, el olor de los perfumes era necesario para disimular la falta de higiene y los malos olores de la época.

Napoleón Bonaparte era un gran aficionado a los aromas, y con su Imperio inició una nueva era para los perfumes. Los perfumistas pasaron de ser simples artesanos a exitosos empresarios. Hoy en día, la perfumería, en la que se combinan los aromas, el empaque y el diseño, se ha convertido en una de las industrias más dinámicas y lucrativas del mundo.

 

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