El pensamiento de Rouseeau para los niños

El pensamiento de Rouseeau

Un día como hoy del año 1712, nació en Ginebra, Jean-Jacques Rousseau, el padre de la escuela nueva. La biografía de este filósofo se caracteriza por las grandes contradicciones de su vida comenzando desde su infancia. Siendo un niño huérfano desde temprana edad, sometido al trabajo desde pequeño y de formación autodidacta, su pensamiento marcó el punto de cambio en la concepción de la infancia y la educación.

En su juventud, fue un hombre de la ilustración, convivió con los grandes pensadores del siglo de las luces, Diderot, Voltaire y D’Alembert e incluso colaboró en la elaboración de la “Enciclopedia” escribiendo artículos sobre temas de música y economía. Sin embargo, Rousseau nunca concordó del todo con la visión estrictamente racionalista de su tiempo, las dificultades de su vida lo obligaron a forjarse a sí mismo en un entorno adverso, lo que lo hizo valorar la filosofía del corazón, la voluntad del hombre desde su naturaleza y su libertad y no solamente la razón. La base de su pensamiento se centra en la bondad de las personas que las hace buenas e iguales por naturaleza, siendo la opresión y la injusticia lo que las corrompe. Su discurso criticaba y promovía la rebeldía contra la civilización de la sociedad contemporánea, lo que lo llevó a vivir como fugitivo una gran parte de su vida.

“La infancia tiene sus propias maneras de ver, pensar y sentir; nada más insensato que pretender sustituirlas por las nuestras”

Una de las grandes apariciones del siglo fue el sentimiento de infancia, tras décadas de indiferencia hacia los niños, el interés por los menores se convirtió en un tema de moda para los intelectuales. Para Rousseau, reconocer la infancia implica separarla de la adultez y permitirle el desarrollo de su libertad. Si el ser humano es bueno y libre desde su nacimiento, la mejor forma de desarrollar su bondad natural es la educación, en este aspecto, critica cualquier principio de autoridad que someta la voluntad del niño a la de su maestro, argumentando que la distinción del bien del mal no debe aprenderse como una imposición, sino ser el resultado del reconocimiento del otro. Si en la infancia se conoce acerca del entorno, de los demás y del funcionamiento de una sociedad justa, el niño aprenderá a comportarse y elegirá libremente ser un hombre con carácter y conciencia. Vivir es el único oficio que se debe enseñar a un niño.

En el MODO, los invitamos próximamente a conocer el mundo que inspiró el pensamiento de Rouseeau para los niños de los siguientes siglos.

 

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